Rubéola

CAUSAS:

Es causada por un virus que se propaga a través do aire o por contacto cercano. Una persona con rubéola se puede transmitir la enfermedad a otras desde una semana antes de la aparición da erupción hasta 1 o 2 semanas después de que esta desaparece. Afecta principalmente a niños e jóvenes adultos. Pode ser grave para as mulleres embarazadas. Una mujer embarazada infectada durante as primeras 16 semanas pode abortar, que nazca o niño muerto o que este nazca con algún defecto conxénito.

 

Es una enfermedad aguda. Se transmite a través de estornudos, tos o el contacto con superficies contaminadas (pañuelos, vasos, manos, etc…)

Las probabilidades de que una persona no vacunada se contagie son de un 90%Ver las imágenes de origen

 

SÍNTOMAS:

Los síntomas comienzan entre los 14 y los 21 días después de la infección. La rubéola se caracteriza por la aparición de pequeñas erupciones en la piel de un color rosáceo que se inician en la cabeza y progresan hacia las extremidades, haciéndose más numerosas en el tronco.

Estas erupciones no provocan picores ni molestias y suelen desaparecer en pocos días. Suelen mostrarse uno o dos días después del contagio.

Junto a las manchas rojizas, los síntomas de la rubéola son bastante similares a los de un síndrome gripal, con malestar general, fiebre poco intensa, enrojecimiento de los ojos, dolor de garganta e inflamación dolorosa de los ganglios, del cuello sobre todo,  alrededor de la nuca y en la región posterior de las orejas.

Mientras que en los niños la rubéola suele revestir escasa gravedad, acompañándose algunas veces de otitis (infecciones de oídos), es más frecuente la complicación de la enfermedad entre los adultos que la padecen.

Éstos pueden sufrir otras patologías más graves provocadas por bacterias como neumonía o encefalitis (en uno de cada 1.000 casos). Esta última consiste en una infección que afecta al cerebro y conlleva riesgo de coma, epilepsia e incluso muerte del paciente.

PREVENCIÓN:

Es una vacuna combinada que se recomienda en la niñez y es aconsejable administrar la primera dosis cuando el niño cumple 15 meses, aunque en algunos casos no proporciona la inmunidad adecuada.

En estos casos, se suele facilitar una segunda dosis antes de la escolarización (entre los cuatro y los seis años) o antes de la adolescencia (entre los once y los trece años). En cualquier caso, también se recomienda la vacunación en personas adultas no inmunes.

Óscar Loureiro lamela

Jonathan Ameijeiras López

Ángel Cerviño Prado

 

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